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Un descubrimiento de la astrología y de su funcionamiento a través de
los campos magnéticos y de los chakras. Aprende de una manera sencilla
las técnicas ancestrales que empleo en mi consulta.
Índice
de contenido
Agradecimientos
Advertencia
al lector
Acerca
de este libro
Qué
es la astrología
La
precesión de los equinoccios
Los
habitantes de los polos
Gemelos
¿Cómo influyen los nuevos planetas?
Experimentos
para desacreditarla
Lo
que puede ser
Visiones
de la Alhambra Interna
Astrogénesis
El
universo transdimensional
La
carta astral
Los
signos del zodiaco
Cualidades
de los signos del zodiaco
Elementos
de los signos del zodiaco
Los
planetas
Las
casas
Los
aspectos
Los
otros aspectos
Las
reglas del juego
Estrellas
fijas
Astrodiagnosis
Astrología
transdimensional
Compatibilidad personal
Las
fechas de nuestro destino
Otras
técnicas
La
Revolución Solar
Las
progresiones
Las
direcciones primarias
Lo siguiente
hace
referencia a partes teóricas del libro: "Astrología Transdimensional".
El
universo transdimensional
Me gustaría
comenzar por describir la técnica de meditación que he descubierto, es
una técnica
transparente y natural, no hay que imaginar, sólo experimentar.
Me relajo hasta sentir ingravidez, sereno mis emociones, silencio mi
mente, sin proyectar pensamientos, transparencia. No son luces
residuales, son los colores que veo cuando llevo un tiempo con los
ojos cerrados, conforme detengo el pensamiento, la luz de color
comienza a ordenarse en patrones, son los mandalas de los chakras. En
el centro de cada mandala hay un círculo, un chakra se abre en forma
de túnel, como en la experiencia cercana a la muerte, en la
respiración de renacimiento, en la comunión con las plantas
sagradas... Cuanto más tiempo logro la transparencia, más
vibración, definición del mandala y luz. Comienza a despertar la
visión interna, me siento como un niño, abriendo los ojos a un
mundo nuevo, aprendiendo a interpretar lo que observo.
Soy, conciencia
sin pensamiento. En el ser sin tiempo, principio ni fin, tu ni yo.
Puedo estar en cualquier lugar, en cualquier tiempo, vivo en todo lo
creado. Soy la unidad del cero, el uno y el infinito, la luz que vive
en todo, en las posibilidades existentes, desde lo más sencillo a lo
más complejo. Soy el creador del programa en el que vivo al mismo
tiempo.
Tomo
conciencia de mi cuerpo de luz; que habita en el cuerpo físico,
enfoco mi atención en percibir la luz etérica del Sol, la Luna y
los planetas. Descubro que cuando tomamos el primer aliento,
sincronizamos nuestra vida con la vida del universo y recibimos la
impronta de la energía del cosmos, su estructura queda grabada en
nuestra aura. Nuestro cuerpo físico conforma las características de
nuestros cuerpos de otras dimensiones, que permanecen vibrando
durante toda la vida, con la música que estaba emitiendo el cielo en
el momento de nacer, como un diapasón, como un programa informático
que queda grabado y comienza a desarrollarse. Al igual que en el
último aliento, el espíritu abandona definitivamente el cuerpo,
desconectándose de éste, el primer aliento es el momento en el que
el el yo eterno, conecta el cordón de plata con el cuerpo físico. A
partir de tomar nuestra primera respiración, las distintas sinfonías
que los astros tocan día tras día interpenetran nuestra luz y
melodía personal, que se manifiesta en el aura. Cuando los astros
continúan su movimiento, alteran una parte de la vibración
fundamental con la que nacimos, impulsándonos a nuevos retos y
experiencias psicológicas. Así se desarrolla nuestro destino, desde
el punto de vista del ser real nosotros elegimos la aventura de
encarnar en un instante preciso, y el proyecto fundamental de nuestra
vida en la realidad material.
Nuestra carta
astral es la proyección de nuestro plan de vida, y está íntimamente
relacionada con el plan de vida de nuestro ser ilimitado, a lo largo
de la vida evolutiva que implica más que sólo la dimensión actual
de existencia en la materia.
Nuestra aura
está formada por los chakras; espirales de emisión y recepción de
energía, que vibran con una frecuencia específica, sus pétalos son
la manifestación palpable, visible y sonora, de una ondulatoria. El
chakra raíz; Mulhadara, por ejemplo, se representa con cuatro
pétalos, este vibra en armónicos del cuatro, es la frecuencia la
que le da la forma cuadrada y un sonido determinado, así sucede con
cada chakra.
Los
signos del zodíaco
El Sol; regente
de Leo, es el corazón de nuestro Sistema Solar, el cuerpo visible de
un ser de muy elevada evolución que está conectado al corazón de
todo ser viviente. El Sol transdimensional está constituido, al
igual que los seres humanos, por doce chakras, que, entre otras
funciones, son puertas de entrada a otras dimensiones. Al atravesar
la puerta de un chakra encuentras un túnel. Los doce chakras del Sol
se comunican a través de sus túneles con los doce chakras de la
Tierra y de los planetas.
Cada chakra
solar emite la cualidad de un signo, esta información viaja desde el
Sol hacia la Tierra, su manifestación física es el viento solar,
que genera intensos campos electromagnéticos alrededor de la Tierra,
debido a su magnetosfera. La zona que se extiende por el lado de la
sombra creada por la línea Tierra-Sol, forma una especie de cola
cometaria, la punta de ésta señala constantemente en sentido
opuesto a la posición del Sol, siempre en el plano de la eclíptica;
base del cálculo astrológico.
En
la imagen podemos ver una
recreación
artística del viento solar, creada
por
K. Endo.
Cuando
el
bioplasma solar llega al campo magnético terrestre, éste lo desvía
hacia los polos y sitúa una importante cantidad de protones y
electrones en órbita a la Tierra que devienen en los cinturones de
Van Allen. Según mi visión, el cinturón exterior; más conectado
al plasma solar, dispone de tres sectores de energía; cardinal, fija
y mutable, conectadas con el tiempo; presente, futuro y pasado
respectivamente. El cinturón interior está conectado al plasma
atmosférico terrestre, y dispone de cuatro sectores de energía,
relacionados con el espacio; los cuatro puntos cardinales, los cuatro
elementos de la materia, de la madre Tierra. La combinación de las
frecuencias de ambos cinturones son la manifestación visible de lo
que conocemos como los doce signos del zodíaco.
En
esta imagen vemos una foto de los cinturones de
radiación.
Cortesía de Terrance Onsager/NOAA.
Un
signo del
zodíaco es un reino de experiencia, un reino que no es de este
mundo, pero se manifiesta en él. Cada reino tiene un símbolo; el de
su signo zodiacal. Cuando encarnamos, lo hacemos a través de los
portales de estos reinos, elegimos el signo solar en el que vamos a
entrar en la vida física, además de los signos de la Luna, del
Ascendente, de Mercurio, de la Cabeza del Dragón...
Los
planetas
La
energía planetaria vive en nosotros; como marionetas manejadas por
varios guantes que tienen su función en cada uno de nuestros
chakras. Las energías planetarias y nuestra propia energía, son en
realidad una. Somos extensiones de la Madre Tierra, del Sol, de la
Luna, de cada planeta, al mismo tiempo títeres y titiriteros,
individuos independientes y una única conciencia.
Cada planeta es
un ser de elevada evolución espiritual, somos parte de él, y en un
nivel más elevado, él es parte de nosotros. La conexión se realiza
a través de nuestros chakras, una de cuyas funciones es la de hacer
de portal de conexión con otras dimensiones. Cuando atraviesas una
de estas puertas, te encuentras en un túnel. Si logras salir del
cuerpo por la puerta del corazón; Anahata, el cordón de plata que
une a tu cuerpo físico con tu cuerpo transdimensional, sale del
corazón, te encuentras en un nuevo estado de conciencia, en una
nueva dimensión, y te sientes unido al corazón de todo. Si
consigues salir por el túnel del chakra Sahasrara, el cordón de
plata sale de la corona, y experimentas la conciencia cósmica. Según
el chakra en el que enfocas tu meditación, la experiencia es
distinta.
Todos
los planetas se interconectan con nosotros mediante túneles; puertas
dimensionales que se abren en conexión con el planeta Tierra, y con
nuestra aura.
Vivimos
en nuestra aura, y ésta al mismo tiempo vive en el cuerpo físico,
formada por varios cuerpos, en los que se manifiesta nuestro yo real
individual, que existe en una dimensión cuya correspondencia física
puede encontrarse en el sistema estelar de Sirio; por ejemplo.
Nuestro yo real dispone de la capacidad de experimentar varias
existencias al mismo tiempo, en varias dimensiones simultáneamente,
como si tuviésemos varios juegos de una realidad virtual muy
avanzada, en
los que adquirimos experiencia, enfocamos nuestra conciencia, y
vivimos. Todos pueden en algunos momentos interconectarse entre sí.
Estamos
experimentando vidas paralelas. Imagina que Urano entra en aspecto
con un planeta de tu carta natal; se abre un portal de comunicación,
un túnel que conecta el planeta con un chakra correspondiente de tu
campo áurico. Esto permite la conexión con el ser uraniano del
futuro, que es de otro planeta y de otra dimensión, y que eres tú,
este ser tiene una vida paralela en dicha dimensión, y está
influyendo en tu vida física presente. Tu ser del futuro conecta con
tu cuerpo etéreo-físico, se pone en comunicación tele-empática
contigo, y te pone en contacto con los seres que se relacionan con
él. La conexión se realiza en el momento en el que el aspecto se
produce, seas o no consciente.
Por lo tanto,
cada chakra es también una puerta que se abre a un túnel, a través
del cual conectas con la energía y la información de tu vida en
cada dimensión y planeta.
Según mi
visión, el chakra del corazón está relacionado fundamentalmente
con el Sol, siguiendo una espiral que va hacia el chakra umbilical;
llamado Manipura, regido por el planeta más cercano al Sol;
Mercurio, regente de Virgo, que a su vez rige la zona abdominal.
Siguiendo la espiral, nos encontramos el chakra de la garganta;
Vishuda, regido por Venus/Tauro, que es el siguiente planeta más
cercano al Sol. Avanzamos en la espiral, y llegamos al chakra sexual,
Swadhisthana, conectado con Marte. La Tierra no se toma en
consideración, puesto que estamos en ella, Marte es el regente
clásico del signo de Escorpio, que rige los órganos sexuales. La
espiral continúa avanzando hasta llegar a Ajna; el chakra del
entrecejo, el que nos da la sabiduría y la visión en todos los
planos, conectado con el siguiente planeta; Júpiter, regente de
Sagitario, el signo de la sabiduría. La espiral desciende ahora a
mulhadara, el chakra raíz, relacionado con el siguiente planeta;
Saturno, que nos proporciona la seguridad, la percepción de la
forma. Curiosamente en este chakra la tradición hindú dibuja un
elefante, lento, pesado, paciente, responsable... como Saturno. La
contraparte vital de este chakra, muy posiblemente está relacionada
con la Luna. Por último, la espiral asciende al chakra corona;
Sahasrara, posiblemente regido por Urano (clarividencia), Neptuno
(clariaudiencia) y Plutón (voluntad espiritual y autoconsciencia).
A
lo largo de la evolución espiritual del ser humano, una pequeña
parte de la energía vital latente circula por los nadis Ida y
Pingala, y así los chakras van despertando poco a poco sus
potenciales. Cuando un ser humano elige la evolución por la vía
directa, el prana pasa a fluir a través del canal central; Sushumna.
La Cabeza del Dragón es este nadi central, pues la Luna se
manifiesta en Ida, el Sol en Pingala, y el canal central puede estar
representado por la conexión de ambos, que se produce a través de
los eclipses, el punto astronómico en el que se producen los
eclipses, es la Cabeza del Dragón.
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Mi visión
astrológica sobre los
planetas y los chakras.
|
Esta imagen
antigua trata sobre
alquimia y astrología. Presenta una
visión desde otra perspectiva sobre
los planetas y los
chakras.
|
Las
casas
Cada
planeta emite una energía, una enseñanza, una cualidad, la Tierra
también, estamos inmersos en ella, en la influencia amorosa de sus
doce chakras. Al igual que los chakras de los seres humanos están
conectados con los plexos nerviosos en nuestro organismo, el aura de
la Tierra está conectada a su campo magnético.
Cuando el Sol,
en su movimiento aparente por la eclíptica y por la rotación
terrestre, “toca” el horizonte Este, amanece, y se produce un
chispazo originario de energía que, como al lanzar una piedra en un
estanque, genera ondas. Los chakras de la Tierra pueden observarse
como pétalos muy parecidos a un arco voltaico dorado, que parten de
la ionosfera y se disponen alrededor del ecuador, posiblemente en el
electrochorro ecuatorial. Estos doce arcos etéricos entran en
resonancia con los doce chakras del Sol, conformando las doce casas,
éstas, al tener que ver con la rotación terrestre afecta a lo más
cercano a nosotros, a nuestra constitución física y a nuestras
circunstancias vitales, reflejadas en el ascendente y en las demás
casas astrológicas.
Según mi
visión, las casas tendrían que ser iguales. Sin embargo,
desde el impacto de un cuerpo celeste con la Tierra, el eje terrestre
dejó de estar en posición vertical, los diversos sistemas de casas
creados, son aproximaciones para corregir esta anomalía.
|
|
En esta
figura podemos contemplar una
recreación por ordenador de la
NASA,sobre cómo se distribuye el
campo magnético terrestre.
|
Boceto de la
visión de los arcos de luz que
rodean a la Tierra.
|
Los
aspectos
Cuando existe
un aspecto en nuestra carta natal, o
se produce por el tránsito de un planeta sobre nuestro radix, la
energía de los planetas implicados entra en resonancia con nuestra
aura, con los chakras conectados a dichos planetas, y con la
situación que tienen en la carta astral por signo, casa, etc., esta
resonancia abre un túnel, un portal de comunicación con los seres
de otra dimensión, y con tu cuerpo de dicha dimensión perteneciente
a los planetas implicados. A través de los mencionados túneles
sentimos la conexión planetaria. En el caso de los tránsitos, el
portal tiene un tiempo de máxima apertura mientras el aspecto es
exacto, y la apertura va disminuyendo hasta desaparecer cuando se
supera el orbe, que tiene que ver con los grados de anchura del
túnel.
Hemos
hablado de los tránsitos, pero al igual que nuestra carta natal es
una representación de nuestra aura, de la misma manera que al
respirar por primera vez recibimos la impronta de la situación
astral en ese momento, queda grabado el programa que se va a
desarrollar a lo largo de nuestra vida, que como una semilla,
contiene la promesa de su desenvolvimiento. Esta es una explicación
sobre las progresiones, las direcciones primarias, etc., que nos
ayudan a estudiar nuestro destino, siendo técnicas complementarias.
La
civilización humana se encuentra en el salto evolutivo de enfocar su
conciencia desde el tercer chakra; Manipura, de diez pétalos, al
cuarto chakra; Anahata, de doce pétalos, de aquí que aquellos
aspectos armónicos del doce, son los que en el estado actual de
nuestra oleada evolutiva, hemos de desarrollar, y son más intensos
en su efecto.
Los
aspectos subarmónicos del doce son siete:
-
12 x 1 . La conjunción por una parte, el semiséxtil y el quincuncio
por otra .
-
6 x 2. El sextil y la oposición.
-
3 x 4. El trígono y la cuadratura.
Podemos
observar que tanto el doce como el uno están en resonancia con los
siete aspectos, que el sextil lo está con la oposición y con el
trígono; 2 x 3, y que la cuadratura lo está con la oposición; 2 x
2.
La
semicuadratura y la sesquicuadratura; subarmónicos de la cuadratura;
4 x 2, funcionan, pero de manera más débil.
Aspectos derivados del quintil, septil, novil, etc. también
funcionan débilmente y están más bien reservados para nuestra
evolución futura.
Estos siete
aspectos son doce en realidad, si tenemos en cuenta que; salvo la
conjunción y la oposición, todo aspecto puede ser de ida, o de
retorno. Así que tenemos, doce signos, doce casas, doce aspectos y
doce planetas; cuando se descubran los dos de influencia astrológica
que faltan.
Quisiera
destacar el sextil, un aspecto que participa de ambas naturalezas; 3
x 2, par e impar, el hexágono que se forma de la unión de un
triángulo con la base abajo, y otro con la base arriba, la unión de
los opuestos, la conciliación de los contrarios, la unión de la
materia y el espíritu que se produce en el chakra del corazón.